Para que la transversalidad cumpla sus objetivos, todo el currículo ha de
plasmar dicha aspiración educativa, lo cual será posible únicamente si se
integran los aspectos parciales en un plan de trabajo global propio del centro en
su conjunto. Es decir, los ejes se enriquecen cuando se abordan con un
planteamiento integrador, que no excluye las peculiaridades de cada uno de
ellos. El abordaje interdisciplinar o multidisciplinar ha de conjugarse con el
tratamiento matizado de los diferentes ejes, puesto que cada uno de ellos
aporta, en principio, un mapa conceptual distinto y da relevancia a diferentes
contenidos, por lo que permite el análisis plural de un problema concreto.
Además, en cada contexto escolar y social, las situaciones problemáticas y la
sensibilidad colectiva se dirigirán más directamente a unas cuestiones que a
otras, lo cual ha de reflejarse, necesariamente, en las actuaciones de la
comunidad escolar y en el contenido de los proyectos educativo y curricular.
Así, el punto de partida y los procesos didácticos, normalmente, se referirán a
ejes específicos, sin que ello haga olvidar que el tratamiento se integre en un
conjunto más completo, que ponga de manifiesto las conexiones e
interdependencias entre los distintos temas transversales (Henríquez,
C. & Reyes, J. 2008).
Henríquez, C., & Reyes,
J. (2008). La transversalidad: Un reto para la Educación primaria y secundaria
Bibliografía
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